domingo, 1 de febrero de 2015
Enseñar a leer. Mejor algo real, por favor
Parte del problema en la enseñanza de la comprensión escrita es que a menudo se plantean textos irreales, artificiales y poco relevantes en la vida del alumno. Esto de alguna manera está relacionado, también con la enseñanza de la expresión escrita, como vimos aquí.
Es muy importante, por tanto, que a la hora de abordar este punto tratemos de rodearnos de materiales interesantes y que tengan relevancia para el alumno. Para mí, un ejemplo de esto son los métodos de idiomas de ESP (English for Specific Purposes) Son de libros de texto en los que se trata, por ejemplo, inglés comercial, legal o financiero. No es que se enseñe una lengua diferente, ni mucho menos, pero la selección de textos sí suele ser relevante a los campos de interés del que estudia y los textos suelen estar muy bien dirigidos al fin de ayudar al alumno en su necesidad específica.
En uno de estos libros me encontré el siguiente ejercicio. Había un texto extraído del FINANTIAL TIMES. El texto se titulaba AN ITALIAN JOB TAKES ITS TOLL ON AUSTRIAN ROADS, y trataba sobre una empresa italiana de servicios de peaje y su implantación en Austria.
Algunos de los ejercicios que se planteaban tras la lectura era elegir como unir palabras para crear "collocations" que se encontraban en el texto, tales como government policy, loose change, toll booths o commercial vehicles. Este sencillo ejercicio lleva el aprendizaje de vocabulario a otra dimensión. Quizá el alumno no sepa lo que significa booth, pero puede inducirlo tras leer el texto por lo que implica. Y seguramente no se le vuelva a olvidar la palabra jamás. Así pues, se mata dos pájaros de un tiro: se aprende a leer y se aprende vocabulario contextualizado que, de otra forma, explicado en una lista, hubiera sido muy difícil de recordar. Y todo esto lleva a cabo sin el uso de la L1, porque no hace falta traducir las palabras individualmente para que se entienda el significado del conjunto.
Por esta razón, debemos, como profesores de idiomas, buscar textos que sean de interés de nuestros alumnos y plantearnos si, además de el supuesto aprendizaje del idioma, esta lectura le ha aportado algo más a nuestro alumno, si se lleva alguna idea nueva o alguna reflexión. Cuando esto ocurre, la profesión de docente se vuelve la más satisfactoria del mundo.
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